El asesinato
selectivo es conocido como una acción que responde a una determinada
agenda política. En el año 2013 el periodista José Vicente Rangel
advirtió sobre los planes de la oposición de sembrar el terror en
Venezuela a través de este mecanismo.
Dichas
advertencias fueron activadas en el año 2014, cuando el entonces
ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez
Torres, dio a conocer los macabros asesinatos de los líderes
revolucionarios Eliézer Otaiza y Robert Serra.
Las
investigaciones arrojaron que bandas paramilitares ligadas a la
oposición asesinaron al presidente del Concejo Municipal Libertador,
Eliézer Otaiza y al diputado Robert Serra, crímenes que fueron
catalogados por el primer mandatario nacional, Nicolás Maduro, como
acciones para “desestabilizar al país y llevarnos a la violencia”.
La derecha
venezolana no se detuvo, en el año 2015 el crimen de Liana Hergueta
y su posterior descuartizamiento, reafirmó los nexos entre la
oposición y el paramilitarismo, cuando José Pérez Venta reveló
los planes terroristas.
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